Órbita de los sueños imposibles
Maqueta Buhardilla ll
Los sueños no tienen forma, pero siempre hallan arquitectura. Navegan entre códigos como espectros que flotan en sistemas diseñados para lo tangible. En esta constelación de trazos, diseño, texto y sonido se entrelazan como sinapsis estéticas.

La web no es superficie: es pozo. Cada clic es una caída. Caída hacia otras caídas. Un vértigo donde el arte encuentra su caverna pixelada. El lector ya no pasa la página: se sumerge, se desliza, se disuelve.
Aquí hablo de un sueño que se dibuja con interfaces, donde la tipografía baila con el glitch, y el sentido nunca es fijo. Una órbita donde el espectador se convierte en soñador activo, fragmento que da vida al arte mismo.