La sinfonía del instante

Hay un momento invisible en el que el sonido se deshace. No es el silencio, sino algo anterior: la promesa de lo que va a sonar. Allí, en ese vértice que aún no existe del todo, habita el instante. Toda creación artística —toda música, todo poema— ocurre en ese intersticio entre el gesto y su eco. La sinfonía del instante no tiene partitura, solo intuición.
Mental Health Ft. Erich Fromm
Las notas no se organizan en un compás, sino en una respiración compartida. Un músico mira el aire antes de pulsar la cuerda, un poeta escucha el silencio antes de la palabra. Todo lo que sigue ya no le pertenece. Esa es la pureza del arte: entregar sin poseer. Y al mismo tiempo, quedarse ahí, entre los márgenes de lo indescifrable.

¿Qué es entonces componer? ¿Qué es escribir? Quizás es quedarse quieto mientras el mundo se afina, y dejarse atravesar por una frecuencia que no tiene nombre. No para entenderla, sino para cuidarla. Como se cuida una llama que no es propia, como se escucha una sinfonía que nadie escribió pero todos recordamos.