Iterante, sin fastidio, tedio, ni afán. Escribo por gusto y vivo por necesidad. De la vida hago palabras, cuando no hago acciones. En la música me rebovino y vuelvo a nacer.
Con casi 29 años, y con una vida llena de movimiento territorial, Bersonardo se adentra en el cuestionamiento eterno que conlleva el vivir en el día a día. Replanteando y planteando las preguntas que se toman por sentado, ha permitido hacer de su arte (que también se materializa en el vivir cotidiano) un vehículo de mensaje y acción política. Con una formación académica y profesional en economía, pero de corazón más bien anarquista, las preguntas, comentarios con siempre un toque pícaro, jocoso y sutil; buscan siempre que el mensaje llegue sin sobresaltar, y que logre llegar al inconsciente colectivo de la misma manera; inconscientemente.
Consagrado a la creación iterante, con un fuerte interés por la literatura, la música, la historia, los lenguajes; bersonardo se proclama como un artista interdisciplinario; que entiende que la iteración sobre la forma; que es la que permite entablar el puente entre la idea y la acción, aunque muchas veces accidental, es el habilitador para portar un mensaje.
Del diálogo hacer arte, es entender que la obra mayor es siempre cuando la acción deviene la pincelada de las palabras pronunciada; y adquiere vida. La obra mayor está en los gestos que hoy no puedo presentar aquí, que ni interés por ello tengo. El artista se consagra cuando hace de su voz un arma.